Lo mejor de todo humano es la hipocresía. Con ella puedes hacer creer que piensas algo diferente de lo que realmente piensas. Con ella consigues salvar un obstáculo o cumplir un deseo. Con ella engañas y manipulas pero ¡eso sí! con un buen fin, el fin de tu egoísmo, de cumplir lo que TÚ quieres. Puedes atropellar a otro sin que te duela, al fin y al cabo, lo importante es que tú te salgas con la tuya. Y lo mejor de todo es que lo puedes utilizar en cualquier medio en que te muevas, en la política, en el trabajo, en tu vida diaria, en todo momento y lugar.
Peeeerooooo, ¿Qué pasa con el otro, con tu víctima? Porque reconocerás que la hipocresía tiene una víctima y un verdugo. Tú eres el verdugo, tengas el fin que tengas, el verdugo de la inocencia, el verdugo de la sinceridad. Tu víctima no sabe que la engañas, o se deja engañar por algún motivo, lo más probable, que sea por respeto a ti o a lo que siente.
En la vida diaria nos encontramos muchos hipócritas que nos hacen la vida imposible porque utilizan nuestra buena fe en su favor. Jamás entenderán que lo hacen, porque el vicio de la hipocresía hace que cada vez quieran más y más. Y menos aún, lo reconocerán, porque el reconocimiento no entra en su vocabulario.
Para luchar contra la hipocresía no tenemos herramientas, no tenemos medios, no tenemos más que buenos motivos, y buena fe. Pero ya es algo que la bondad pueda triunfar, al menos dentro de nosotros mismos.
Primero tendremos que olvidar nuestra inocencia, por no decir la estupidez que a veces cubre esta inocencia. Y cuando ésta este descubierta, tendremos que enfrentarnos al hipócrita para que, al menos, no nos tome el pelo.
Eso puede servir en las parejas, no sólo en las de hecho, sino en toda aquella pareja que se forme en la vida, el trabajo, las relaciones, la política.
¿Te has planteado que el político es la pareja que eliges para que te represente? ¿O que tu compañero de trabajo es la pareja que te imponen para que hagas lo que sea? ¿O que cualquier familiar es tu momentánea pareja en la relación que sea?
Pues no lo olvides, para que no dejes que la hipocresía entre en tu vida, y que los hipócritas se aprovechen de tu buena fe. Defiéndete. Tú puedes.