viernes, 31 de diciembre de 2010

FELIZ 2011 AMIGO

2011
Como cada comienzo, lleno de ilusión y fantasías.
Total, el próximo año, volveremos a hacer lo mismo, una y otra vez, AÑO TRAS AÑO, a creer con ilusión que todo se arreglará, una y otra vez, a confiar, que nuestro destino cambiará.
Y pensando, pensando, millones de personas lo mismo ¡fijate bien!, millones de  personas deseando el bien, y olvidando el malestar, la desdicha, la tristeza, millones de personas haremos que por un momento, eso sea realidad.
Da lo mismo lo que dure, porque dure lo que dure, estaremos bien en ese instante, repartiendo besos y alegrías, y deseando que tu cercano, se encuentre bien, y el lejano, tenga lo que tenga que tener.
Da lo mismo que el año que viene hayamos olvidado estos buenos deseos y tengamos otros mejores, porque el año que viene, será el año que viene, y hoy es 31 de diciembre del 2010, y ese, ese no volverá.
Así que coge tu alegría y repártela, encandila a los demás con un poco de pintura o una sonrisa, dale una sonrisa a quien no se la merezca, y se feliz viendo la felicidad a tu alrededor, y no mires la miseria que nos baña todos los días un poco. Hoy todo cambiará, al menos para ti.
Si todos pensamos en ello, todos los pocos seríamos un mucho en un inmenso océano, y aún formando un pequeño islote, seríamos un punto de cambio, o al menos uno de reflexión y de alegría.
Y la alegría no nos sobra. Nos hace falta para poder soportar el tedio y la miseria que otros nos echan encima, y es capaz de hacer, con una sonrisa, que algo cambie en alguien.
Así que sonríe, canta, bebe con medida, y báilale a la vida, si ella te deja. Y te dejará bailarle si le sonríes un poco. Te lo prometo……es que ella está cansada, más que tú, de las miserias, y de los errores….ella quiere reír y pasar por alto las exigencias de los demás, ella desea que todos riamos y seamos felices para ser un poco más feliz. Ella quiere vivir su vida en paz…
Vive amigo, vive y se feliz, vive y deja vivir……pero hoy además ríe y disfruta de este fin de día, mes, año, lustro, década de un siglo que se nos viene arriba…..fin

miércoles, 29 de diciembre de 2010

SOY SCOUT

Lo soy antes de entender lo que eso era, antes de comprender que me iba a marcar mi vida.
Soy scout, y lo seré siempre, y no un patético boy scout como lo pintan quien quiere relegarlos a la estupidez y a la venta de galletitas. NO.
Yo soy scout y lo seré para siempre, por convicción.
Y soy hermana scout de todos aquellos que viven el escultismo de forma similar a como yo la vivo.  Pero no soy una prima scout, y eso lo entienden quienes son scout DE VERDAD, quienes han tenido primos o sido primos, y quienes en el escultismo hacen lo que hacen.
Yo le debo al escultismo años intensos de vida, años de aprendizaje y de modelaje, años de amor y amistad, años de educación recibida y realizada.
Le debo ser como soy, pensar como pienso, y  actuar como actúo.
Le debo la templanza y la alegría, la amistad y el amor por los niños.
Le debo las canciones y las estrellas, la naturaleza y el reciclaje.
Le debo conocer a tantas personas que no quisiera olvidar, pero que los años y las circunstancias difuminan, y que luego reaparecen para reavivar los rescoldos y aunque no sepa bien sus nombres o sus historias, me invaden de belleza.
Le debo un método, de trabajo y de vida, que calco en cada  actuación consciente que ejecuto.
Le debo vencer mis miedos, externos o internos, que hacen de cada momento una superación más.
Le debo vivir con amigos que comparten mis principios e inquietudes.
Le debo saber discrepar sin que me vaya en ello la vida.
Le debo la vida que vivo y que he aprendido a vivir.
Le debo ser como soy y pensar como pienso, y en mi ser y mi pensar, esa bondad que algunos confunden con estupidez, marca mi norte, mi osa mayor y menor, y me permite enseñar esa flor de lis que llevo grabada a fuego y ese escudo forjado con el tiempo que obliga a resbalar los acontecimientos negativos que nada aportan a mi vida y recoger aquellos otros que son útiles en mi vivir.
Yo soy scout y lo debo a muchas circunstancias y personas, que me niego a nombrar para no olvidar a ninguno. Todos ellos lo saben, y todos tienen un hueco importante en mi memoria y corazón. Pero sobre todo se lo debo a mi grupo, donde nací y donde me crié: GS7. Ese grupo humano y estructural, tan grande como grandioso, tan envidiado como ignorado. Un grupo donde lo importante es la persona, grande o pequeña, de altura o de miras. Donde todo lo que quieras aportar es importante. Donde todo lo que pienses es escuchado, no sólo oído. Donde todo lo que hagas es valorado, y donde las reglas son importantes si las aceptas y entiendes. Donde no se te instruye, sino se te educa, a grandes y pequeños, y donde nadie es más importante que otro, salvo que tú lo quieras ver así, donde se trabaja la igualdad absoluta, porque todos somos semejantes. Donde todos los que se van vuelven, porque su lugar no es ocupado, y donde una sonrisa y una canción, dicen más que una norma impuesta.
No es una utopía, ni tampoco es perfecto. Tiene sus salvas y sus fallas. Pero con todo, la sólida base que se va construyendo desde hace 50 años, deja un rastro propio de lobos, pequeños y grandes, amigos y enemigos, que encumbran el trabajo hecho por cada uno de ellos, y tanto los viejos lobos, como los lobatos y lobeznos en todas las edades y medidas, todos, repito, todos, han construido este gran grupo, que a pesar de sus crisis y agonías, persiste. Y persistirá mientras nos dure el recuerdo y el corazón de tantos y tantos scouts de este grupo.
Y cuando el último se vaya cerrando la puerta con un “hasta luego”, nos quedará a todos la enorme satisfacción de haber seguido la máxima “deja este mundo en mejores condiciones de cómo lo encontraste”. Y esa es nuestra grandeza. La grandeza de éste y de otros Grupos similares.
AGUILA REBELDE.

viernes, 24 de diciembre de 2010

FELIZ NAVIDAD

Fiesta entre las fiestas, por hacer temblar la sinceridad, enardecer la superficialidad y potenciar el olvidar.
Fiesta que deja en todos un halo de solidaridad y alegría, incluso en aquellos pobres de corazón que se suman a la fiesta para pasar inadvertidos.
Fiesta llena de excesos y defectos. Excesos en todos los sentidos y defectos en la falta de algo o alguien.
Fiesta entre las fiestas que a nadie deja indiferente y a nadie deja solo.
Todos tenemos alguien que recordar o alguien que nos recuerde, incluso en pensamientos negativos, pero todos tenemos ese alguien que permite que la navidad no pase de puntillas.
Todos hacemos cosas alocadas en estas fechas para arrepentirnos al poco, pero nadie renuncia a pasar este momento por alto. Es especial.
Todos sabemos que nos excederemos y todos nos hacemos los locos para prometer que después lo enmendaremos.
Y todos nos llenamos de buenos deseos para nosotros y los nuestros y algunos para los otros.
Los otros, los que nunca nos olvidan o los que no nos dejan en vivir en paz, pero todos son los otros.
Los otros que conviven con nosotros y a veces malviven.
Los otros que están agazapados para saltar sobre nuestras entrañas o están a nuestro lado de forma invisible e indivisible para acompañarnos en nuestra rutina.
Los otros que pueden ser tan grandes o tan pequeños como lo son sus pensamientos.
Pensamientos que en forma de alegría, te llena y te colma y en forma de tristeza te destruye o te desbanca.
Pensamientos que acertados o equivocados forman y condicionan tu vivir.
Pensamientos que se convierten en emociones o en sentimientos para ayudarte o acongojarte.
Pensamientos que vuelan libres en el universo integrándose con otros pensamientos más o menos sublimes.
Y todo eso, la fiesta, los otros y los todos, los pensamientos y las emociones, conforman tu navidad, tu particular navidad, en la que crees que todos tus deseos se convertirán en realidad, que pasarán los tormentos al irse, que trae un espíritu renovado, y que la artificialidad que la rodea te ayuda a olvidar.
Pero la fiesta continua, y la navidad se sucede de otra navidad. La navidad de tu día a día que hace que cada día nuevo pueda ser una nueva navidad. Dependerá de cómo tú lo quieras.
Y esta Nochebuena se sigue de la navidad que empieza mañana y acaba cuando tú quieras y decidas, porque eres un corazón bueno y noble, porque tú eres la auténtica navidad. Así que dedicado a ti: FELIZ NAVIDAD.

jueves, 16 de diciembre de 2010

ME LLAMO Mª LUISA, SOY MLUY

Soy quien soy, o soy quien me llamo. Es difícil de decir, a veces soy mluy cuando me llaman mª luisa, y a veces soy mª luisa cuando me llaman mluy. Nunca se aprende lo suficiente ni se entiende todo.
Cuando soy quien quiero ser, soy yo, y cuando soy quien debo ser, no.
No sé bien donde empieza y dónde acaba lo que quiero y lo que debo ser. La forma en que hacemos las cosas, la forma en que nos comportamos, las palabras que decimos, son nuestro bagaje. Y tu bagaje a veces confunde la presencia y la ausencia.
Cuando tienes lo que tienes, quieres aquello que no tienes, y cuando haces lo que haces, querrías hacer las cosas mucho mejor. Pero no con el afán de mejorar, sino con el de ser "el mejor".
Y nunca seremos "el mejor", porque siempre podría haber sido mejor y más perfecto. Pero cuando queremos conseguir lo mejor para nosotros o para los nuestros, no pensamos en  quedarnos satisfechos con lo que ya tenemos sin esperar más.
La vida nos va enseñando la diferencia y semejanza entre la aceptación y la resignación. No siendo lo mismo puede confundirse, y confundir.
Por eso yo que no quiero confundirme, quiero ser mluy y quiero ser mª luisa, en minúscula y en mayúscula, al derecho y al revés, soy lo que soy y estoy donde estoy, donde debo y donde es.
Por eso sé que no quiero la queja, por eso escribo de ella, porque agota la resistencia de la fuerza, porque me hace perder tiempo y ganas.
Por eso sé que quiero ser y soy buena, generosa y sencilla, y que no por no decirlo lo soy más y que tampoco por decirlo pierdo la humildad. Estoy contenta con serlo.
Por eso sé que la sinceridad, la sobriedad, la calma y la belleza, me llenan y me fortalecen, también la alegría y la forma de vida que llevo.
Por eso sé que debo confiar y querer lo que tengo y a quien me rodea, en cualquier ámbito.
Por eso sé que debo decir lo quiero y siento, modelando las formas, no el contenido, y ayunar cuando pueda y cuanto pueda y quiera, para crecer por dentro.
Por eso sé que quiero saber lo que no sé, mejorar lo que tengo y lo que me rodea, escuchar en silencio, preservar mi paz, ser feliz, identificarme con el éxito, evitar los juicios y los prejuicios, no hacer suposiciones, ocuparme de mi misma, prometer lo que pueda cumplir, tolerarlo todo, vivir en paz y luchar por lo que creo.
Por eso sé que no debo echar en falta nada de lo que no tenga o posea, porque tengo lo que necesito.
Además tengo que saber ganar compartiendo la ganancia, ponerme en el lugar del otro, y saber cómo puedo potenciar lo que los demás me dan o me pueden dar.
Y por eso no dejo que ningún defecto me amargue, ni siquiera los menciono, puesto que aunque tenga muchos, serán otros los que los hagan aflorar, y yo no tengo tiempo para ver mis defectos, sino para corregirlos.
Ya las serpientes se encargarán de inyectarte el veneno, al menos, de intentarlo.
Y todo eso lo piensan y lo son, Mª Luisa y Mluy, las dos de la mano, fusionadas en una, caminando la vida llena de pedruscos que salta una y otra vez. Y eso es una elección. Y mi elección es mi forma de vivir.
Por eso con todas las dificultades de mi vida, que rápidamente dejan de ser amenazas para ser oportunidades de crecer y mejorar, y con todas las debilidades que podrían potenciar la inseguridad, el miedo, la desconfianza y la timidez, de la que me quiero desprender, camino con ambas, Mª Luisa y Mluy, hacia un futuro incierto pero lleno de ilusión, que lo único que me va a ofrecer es vivir. Vivir con alegría, vivir haciendo el bien, vivir tranquila y en calma, vivir en paz conmigo misma, y vivir intensamente cada uno de los minutos que me dejen vivir.
El camino ya ha empezado. El equipaje ya lo tengo. El objetivo también. Ahora sólo tengo que andar…….

Dedicado a mi madre que me puso ambos nombres y que me dio ese primer aliento de vida.

domingo, 12 de diciembre de 2010

PIDE UN DESEO, GENIO

Y de esta manera, el genio de la queja se convirtió en el auténtico genio de los deseos, no sólo por que los concediera, sino porque enseñaba a pedirlos…..pero esa historia la contaré otro día, les dije el 11 de noviembre con el cuento del genio y...................Y ese día llegó. Hoy llegó.
El genio enseñaba a pedir deseos ¿pedir deseos? Os preguntareis. ¿Cómo que pedir deseos? ¡Yo sé pedir deseos! Dirá algún intrépido. O algún osado….¡pues no! No es tan fácil.
¿Qué es un deseo? Es lo que cada uno de nosotros piensa que le llenará y satisfará. Es la consecuencia lógica de la emoción. Y de ahí la facilidad con la que nos podemos equivocar. Es una palabra tabú, o un momento angelical, es un sentimiento puro o maquinal, es algo que podemos enaltecer o con el que podemos destrozar.
Por eso es tan importante desear bien.
Y eso lo hacía muy bien el genio de la lámpara. Si, si, ese del cuento……
El genio decía que para pedir un buen deseo ¡escucha bien eso! ¡un buen deseo! Y no un deseo cualquiera, tenías que desear algo bueno. No, no es fácil.
Todos somos egoístas y queremos lo mejor para nosotros, y pocas veces deseamos para los demás, hacemos como que deseamos pero ¡qué va!, deseamos más para nosotros que para otros.
Y ese era precisamente el secreto de este genio. El decía que si querías desear, la primera regla era desear para el otro. Decía que si deseabas para otro, el deseo te beneficiaba luego a ti. No hacía falta nada más que eso, desear lo mejor para el otro. Si vivía contigo y conseguía su deseo, eso te beneficiaría, y si no, conseguirías que otro ser fuera feliz, y eso generaría un bienestar que, de alguna manera y con el tiempo, te beneficiaría también a ti, por lo que tanto si, el deseo era para alguien cercano, como si lo era para alguien lejano, siempre te beneficiaría.
También decía que el deseo tenía que ser bueno, para mejorar, y no para hacer daño a nada y a nadie, y eso lo hacía porque le gustaba ser integrador y no desintegrador. Decía que a nadie se le ocurría romper nada que le importara, ni hacer daño a quien le importara, todo lo contrario. Por eso al pedir un deseo deberíamos de ser también así, no romper, no disgregar, sino integrar y beneficiar con el propio deseo.
Y también decía que el deseo no debería de ser material, que todos teníamos lo que necesitábamos, y que si creíamos necesitar más era porque aumentábamos nuestras expectativas, que deberíamos desear sólo aquello que nos conviniera, poniéndonos en el lugar del otro, para no dañarle, para no molestarle, para que fuera “un buen deseo”.
Y yo le dije al genio, ¡qué difícil me lo pones! No tengo idea de cómo empezar.
Pero el genio, que era un autodidacta, sabía perfectamente lo que necesitaba, y me dijo: haremos una cosa, probaremos, tú me dices un deseo y yo lo analizo y si no me parece adecuado lo convertimos en otro mejor.
Y yo, como él era un genio, le pedí dinero suficiente para poder vivir en paz para siempre. Y el genio me dijo: si te doy dinero, te convertiré en un vago. Además no me has hecho caso. Ese es un deseo material y egocéntrico, porque lo quieres para ti. Haré algo mejor. Te enseñaré una profesión para que te puedas ganar la vida tú mismo y te sientas satisfecho de lo que haces. Y me enseñó a ser carpintero. Tardé dos años, pero en esos dos años no sólo aprendí a martillar y barnizar, aprendí a desear…..
Cuando estaba con el genio aprendiendo me siguió enseñando a desear, y seguimos jugando con mis deseos, bueno con mi proyecto de deseo, porque el segundo deseo, le dije que quería casarme y ser feliz con mi pareja, pero el genio sabio me dijo que si yo quería eso, querría poseer y dominar a mi pareja, que tendría que desear que la pareja que me conviniera, llegara a  mi vida, y que para ser feliz con ella, sólo tendría que volcarme en hacerla feliz yo. Y aunque me sonó extraño, eso hice, deseé encontrar una pareja adecuada para mí con la que pudiera ser feliz. Y un día tocaron en la puerta de la carpintería y entró mi pareja ¿que cómo lo supe? Lo supe. Sin más. Era ella. Libre, dulce, sencilla y cariñosa. Y desde entonces no nos hemos separado jamás.
También me enseñó el genio a desear el éxito, porque decía que si trabajaba duro, todo lo que quisiera lo conseguiría. También me dijo que no habría que confundir trabajo y exigencia, que lo uno era hacer y lo otro padecer. Y sudando mientras lijábamos y pintábamos, fui entendiendo lo que quería decirme, mejorando cada vez las obras, y disfrutando de lo que hacíamos.
Nos convertimos en compañeros. De fatigas y de alegrías. De fatigas porque sudábamos la camiseta y trabajábamos muchas horas, y de alegrías por la recompensa del trabajo bien hecho.
Y por eso cuando se fue para seguir enseñando a otros como yo, sufrí. Mi egoísmo no me permitía separarme de mi amigo, pero recordé la base de los buenos deseos, desea para otro, no seas materialista, y desea para bien, y entonces formulé mi último deseo, antes de escribir este cuento: deseo que mi amigo el genio, encuentre la felicidad vaya donde vaya y, pueda repartirla a los que le rodeen en cada momento.
Y sé que cada vez que lo hace, con sus cuentos, con los deseos que concede o con sus historias, el aleteo de las mariposas, hace que eso me beneficie a mi también. Y se lo agradezco. Desde aquí, se lo agradezco.

lunes, 6 de diciembre de 2010

SALIR DEL CASCARON

Años y años para salir del cascarón para saber quienes somos o incluso no saberlo…..
¿Quién soy? Es la pregunta que todos nos hacemos alguna vez.
¿Quién soy o quien fui? Porque a veces, damos más importancia a lo que fuimos que a lo que somos, a lo que hicimos, que a lo que hacemos.
Y los otros también tienen memoria y no perdonan o no olvidan los errores cometidos. Más los de otros, que los propios. De los suyos aprenden, de los demás recuerdan. A veces con rencor a veces en venganza, pero siempre recuerdan una y otra vez lo hecho y lo vivido y no dejan sepultar la memoria del olvido. No entienden que así, no pueden avanzar porque la carga emocional es tan grande que impide avanzar. La desconfianza que no quieren abandonar hace que “por si acaso” recuerden lo hecho para que, aquello que te dolió, no vuelva a dañarte. Y el daño está hecho.
Si tu memoria no descansa, agota tu vivir.
Si tu pasado no se aparta, sin duda te agobiará.
Nada es lo suficientemente importante para durar siempre. Ni siquiera el recuerdo.
Si pudiéramos vivir sólo un instante cada vez, entenderíamos que el instante siguiente ya no es el mismo. Ni las personas son las mismas, ni el lugar es el mismo, ni la esencia es la misma.
Todo cambia, porque la vida cambia, todo rueda, porque el destino es redondo, todo gira, para evitar la cotidianeidad, todo empieza, para poder tener una nueva oportunidad, todo es, para que siempre exista una nueva ilusión.
La vida ya es bastante difícil para que nosotros la amarguemos, incluso para que nos la amarguemos a nosotros mismos.
Vivamos simplemente la vida como es y como viene, sin más, de forma simple, respirándola.

viernes, 3 de diciembre de 2010

SER BONDADOSO

¿QUE ES LA BONDAD?
Es difícil no confundir la bondad con la estupidez, o mejor dicho es difícil que los demás no observen esta diferencia.
El comportamiento o la convicción de hacer el bien porque sí o si se quiere, a no hacer el mal a nadie, unido a la comprensión auténtica y no a la compasión inútil, va unido al desarrollo de la felicidad, a la promoción de la felicidad, a la bondad como valor y como forma de actuar.
La bondad es una forma de comportarse, con los demás y consigo mismo. Es la expresión de lo que alguien siente dentro de sí mismo.
A veces la inocencia o la estupidez, se confunde con la falta de bondad. De la misma manera que los egoístas nocivos y no aquellos puros, exprimen tu bondad, tu inocencia, para beneficiarse y si pueden destruirte, existen almas cándidas que se desvían para llamar la atención y pudiendo pasar por malvados, no son más que seres inmaduros. Es el caso de los niños, los niños físicos y los niños psíquicos. A unos no se les responsabiliza legalmente a otros sí. Unos tienen todavía un camino que seguir y que aprender, otros no saben andar por el camino marcado y se equivocan una y otra vez, haciendo daño a los demás y por tanto haciéndose daño a sí mismos.

Da igual la intencionalidad, da igual si la persona quiere o no hacer daño, si hace daño, si abandona la bondad, la acción queda grabada en la memoria, y puede ser un principio no deseado.

Todos somos lo que somos, o lo que queremos ser. Todos tenemos la oportunidad de ser. Todos debemos ser. No importa lo que tengamos, importa lo que seamos. Importa lo que pensemos y como lo llevemos a la acción.

Si somos buenos, bondadosos, somos verdaderos, somos nosotros mismos, somos lo que somos. No necesitamos agradar, solo necesitamos ser, con ello será suficiente, tendremos suficiente.

La bondad es una elección como la de cualquier otro valor. Es también una forma de actuar. Pues elijamos bien y actuemos.

CUENTAME UN CUENTO.

Si pudiera contar un cuento contaría éste.

Colette era una madre, pero no era una madre cualquiera. Era una madre joven, pero su juventud no era la de los años, era joven de espíritu y de corazón.
Nadie sabía la edad que tenía porque cada vez que hablaba, fuera cual fuera el tema del que hablara, ella parecía tener 18 años, quizás 19 o 20, pero no más.
Colette tenía un hijo de 15 años. Era un adolescente. Era un niño. Era un demonio.
No es que fuera malo. Era terrible. No se le ocurría una idea buena. Cualquier cosa que le pasaba por la mente, cualquier cosa por terrible que fuera, él, la hacía.
Ataba latas a los perros, los mortificaba, lanzaba a los gatos desde los tejados, tiraba piedras contra los cristales, pisaba las huertas de los vecinos, arrasaba con todo lo que se le ponía por delante. No estudiaba. No iba a clase la mitad de los días. No hacía nada de lo que una madre se pudiera sentir orgullosa, y sin embargo……
Sin embargo Colette decía que era un buen hijo, un hijo maravilloso.
La gente la miraba con desprecio, todos eran conscientes de  lo malo que era el hijo de Colette, todos menos la propia Colette.
Colette decía que su hijo no era malo. Decía que era el fruto de lo que había vivido. Decía que con el tiempo sería un ángel, decía que si su padre viviera, sería mejor y crecería más rápido, nunca decía que era malo, nunca lo comparaba con otros adolescentes, nunca le gritaba ni hablaba mal de su hijo, jamás.
Colette, era diferente, Colette era una auténtica madre.
No es que estuviera ciega, no es que no viera como su hijo hacía daño, no es que lo disculpara por lo que hacía, no.
Colette sabía que tarde o temprano su hijo despertaría, que tarde o temprano pagaría por sus errores, pero que también tarde o temprano, su hijo crecería. Y cuando creciera lo haría alto y fuerte por dentro y por fuera, y  cuando pagara sus errores, no cometería más esos errores de niño.
Colette le hablaba por las noches de lo bueno que era su padre, le preguntaba que por qué hacía lo que hacía, y su hijo no decía….nada.
Ella no estaba preocupada. Estaba triste por que cuando todo esto pasara y su hijo se diera cuenta de lo idiota que había sido, le iba a costar mucho tiempo y mucho sufrimiento perdonarse a si mismo.
Ella sabía que la edad de su hijo era un caos. Una locura de cambios, una montaña de dudas, una avalancha de hormonas, un cambio continuo que no le permitía relajarse. Colette lo sabía, y por eso tenía paciencia.
No le gustaba lo que su hijo hacía, ni tampoco lo que los demás decían, de lo que su hijo hacía. Pero ella sabía que su hijo cambiaría. Como cambiaban todos los hijos de esa edad, como maduraban todos los hijos, alguna vez.
Ni siquiera pedía que cambiara pronto. Colette sabía que todo tenía su tiempo y que su hijo cambiaría y maduraría justo en el momento en que tuviera que hacerlo y nunca antes.
Colette tenía confianza en su hijo, Colette quería a su hijo……y esperó y esperó……..
Pasaron muchos días, tantos que se convirtieron en meses o quizás en años. Durante todo ese tiempo no hubo ni un reproche para esa actitud de ese hijo. Colette le daba todas las noches un beso en la frente al irse a dormir, y le susurraba al oído: “Hazte un hombre, hijo”, sólo eso, todo eso, todas las noches, una tras otra, sin olvidarlo jamás.
Un día su hijo de 18 años despertó en medio de una pesadilla……..su madre, Colette, se había ido. Su querida madre, Colette, le había abandonado. La única persona que había confiado en él, ya no estaba. Había desaparecido. No estaba. No se lo podía creer….debía ser una pesadilla. Esa mujer, esa madre que le había dado un beso todas las noches, mientras le animaba a ser un hombre, a hacerse un hombre, esa madre maravillosa que jamás le hizo un reproche mientras le educaba en absoluta soledad, esa madre, no podía haber desaparecido. Tenía que encontrar otra explicación. Sabía que todo en la vida era etéreo, pero su madre, su madre, aunque no fuera a durar para siempre, no podía desaparecer sin más….tenía que haber una explicación o tenía que encontrar una, al menos una que sirviera para entender toda esta locura.
Entonces comenzó a gritar: Coleeeeeeeeeeetttttttttttte, maaaaaaaaaaaaaamááááááá, dóóóónde estáááás……………………………….parecía un niño perdido mientras gritaba, en realidad estaba perdido, completamente perdido y desorientado……………maaaaaaaaaaaaamáááááááá… ……………………………..siguió gritando y gritando sin moverse de su habitación. El pánico había hecho su presencia y estaba invadiendo su coraza. Sólo quería que su mamá volviera, que Colette le abrazara y le diera un beso en la frente, y le dijera “ya eres un hombre hijo mío”……eso era, eso era……su ausencia me convertía en un hombre, se dijo, pero al mismo tiempo y a pesar de la mayoría de edad, él necesitaba a su madre, él necesitaba a Colette, y Colette no estaba. ¿Qué podía hacer él? ¡Se había quedado completamente solo! ¡Eso no era posible!!!!! Ya le había pasado cuando su padre se fue a trabajar ¡tan lejos! Nunca más volvió a verlo. Nunca supo bien por qué. Su madre, Colette, no quiso hablarlo con él. Eso le marcó, y por eso se comportaba así de mal. Él sabía que no era correcto, pero no podía evitarlo, quería molestar, era su manera de protestar y de llamar la atención, y no es que le hiciera falta cariño, con el de Colette tenía de sobra, pero estaba enfadado, muy enfadado con la vida, en realidad con su padre, y por eso protestaba y protestaba. Cuando su madre lo besaba por la noche, él se relajaba y disfrutaba hasta dormirse…. Su madre….. pero ¿Dónde estaría a esas horas?
Siguió preguntándoselo horas y horas hasta que amaneció. Siguió preguntándosele días y días hasta un año o más….nadie sabía que había pasado con su madre….Colette había desaparecido en plena noche, sin ropa, sin prisa, sin ruido. Podría haberse cansado de la situación, podría haberse desesperado, o simplemente se habría ido a vivir su vida. Nadie lo sabía.
El corazón de su hijo cambió. Pero no cambió por el miedo de perderla o de haberla perdido. Cambió por la pérdida. Él había perdido el tiempo. Su madre no estaba, se había ido. El no conocía a Colette, no sabía de su vida ni quién era. Sólo sabía lo buena y generosa que había sido con él.
Con el tiempo se convirtió, dentro de su dolor y su soledad en un gran hombre, tal y como Colette le quería, tal y como Colette le había educado. Y prometió que siempre que contara un cuento, contaría este cuento, por eso te lo cuento a ti.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Mas de culpas........

La política puede y debe ser un valor más en nuestra vida....de ahí mi reflexión en esta época de crisis.
¿La culpa la tiene el PP?
1.       CULTURA: LA CULPA DEL RECORTE AL PATRIMONIO HISTÓRICO ES DEL PP.  LA RAZON 7 OCT 2010
2.       JOSÉ BLANCO LE ECHA LA CULPA DEL PARO AL PARTIDO POPULAR EL MINISTRO HA COMPARADO EL PAQUETE DE MEDIDAS DEL GOBIERNO CON LAS REFORMAS OPERADAS POR EL PSOE EN LOS AÑOS 80. LA VOZ LIBRE, 24-11-10

3.       EL PAÍS: ESPAÑA ES IRLANDA POR CULPA DEL PP. LA ESPINGARDA, 24-11-10

4.       ZAPATERO RESPONSABILIZA A AZNAR DE LA SUBIDA DE LA TARIFA DE LA LUZ ABC / VIDEO YOUTUBE  16-6-10

5.       JOSÉ BLANCO CULPA AL PP DE POSIBLES IRREGULARIDADES DE SU ÁTICO EN AROUSA. LAOPINION CORUÑA.ES 13-1-09
6.       PARA EL PSOE EL RECORTE DE LAS PENSIONES ES CULPA DEL PP. 3-8-10 LA GACETA
7.       ZAPATERO: ESPAÑA NO ESTÁ SOLA EN SU SITUACIÓN DE CRISIS Y HA AFIRMADO QUE ÉSTA NO HABRÍA SIDO TAN GRAVE DE NO HABER CAÍDO ESPAÑA EN "EL MODELO DEL LADRILLO", QUE HA DESCRITO COMO "EL MODELO DEL PP".    BURBUJA 14-11-10
8.        SEBASTIÁN TAMBIÉN CULPA AL PP DE QUE ENDESA ESTÉ EN MANOS DE ENEL. LA CONSIGNA DESPUÉS DE QUE ENDESA HAYA ACABADO EN MANOS DE LA PÚBLICA ENEL TRAS LA ENCARNIZADA LUCHA POR SU CONTROL PARECE SER CULPAR A AZNAR. SEBASTIÁN, UNO DE LOS PRINCIPALES PROTAGONISTAS DEL CULEBRÓN, DICE QUE NO SE PUDO INTERVENIR PORQUE EL PP "LA PRIVATIZÓ".  LIBERTAD DIGITAL 22-2-09
9.        EL PSOE CULPA AL PP DE LA SITUACIÓN DE LA JUSTICIA VIDEO DE LEIRE PAJIN EN YOUTUBE 20-10-08

DECALOGO “LA CULPA LA TIENE EL PP”

Pero algo raro está pasando, porque quien gobierna no es el PP.
Y si algo es evidente es que nadie puede tener la culpa de todo. Los partidos políticos son  lo que son y tienen los intereses y objetivos que tienen. Eso nadie se lo va a poder quitar. Pero la verdadera pregunta que nos tenemos que hacer es ¿Quién es responsable?. ¿O, quien se hace responsable?
La culpa no existe o no debe existir. Existe la responsabilidad. Se lo decimos a los niños, se lo decimos a nuestros seres queridos. Todo ello para que no se carguen con más de lo que les corresponde.
Y si existe la responsabilidad, ¿Quién se responsabiliza o se va a responsabilizar de este desaguisado en el que estamos metidos?
De acuerdo que el PP gobernó muchos años, pero muchos menos de los que ha gobernado  el PSOE, y casi tantos como los que lleva gobernando este presidente actual, al cual le corresponde el honor de vivir la crisis “que no venía” hasta que llegó y nos cogió despistados jugando a que “a nosotros no nos pasará”. De la misma forma que un niño piensa que jamás se le morirá un padre, o que un adolescente comete las mayores locuras diciendo “no, a mi no, a mi no me pasará, yo soy inmune”.
Y jugando, jugando, jugamos a la culpa: la tienes tú, no yo no, la tienes tú.
Pues la tenga quien la tenga, si no quieren hablar de responsabilidad, algo tendrán que hacer para conservar todo lo bueno que tenemos, que no es poco.
Dejen de jugar con nosotros, déjense de culpas y empiecen con la responsabilidad. Dense cuenta de lo que han hecho bien y felicítense, pero vean también lo que han hecho mal y enmiéndelo.
España es un país diferente y de calidad. Por el clima, por la gente, por los recursos, por tantas y tantas cosas que nos hacen ser como somos. ¡Pues entonces! ¿Para qué quieren destruirlo en nombre de “la culpa la tiene el otro”?
Déjense de jugar con nosotros y pónganse manos a la obra, y si no lo hacen por el sueldo que cobran, háganlo por dignidad. Han decidido ser políticos ¡ejerzan! o cambien de profesión y dejen paso a otros más capaces ¡nos lo merecemos!. Nosotros los pobres asalariados trabajamos por y para este país. Los que no tienen nuestra suerte sufren, pero todos amamos la tierra que nos vio nacer…¿y ustedes?.
Si la aman, trabájenla, déjense de chismes del uno contra el otro, dense cuenta que uno es Gobierno, y el otro Oposición  y los dos se turnarán alguna vez.
Déjense de cambiar leyes al antojo de unos pocos para que, cuando se cambia la terna, se cambia la ley.
Déjense de crear falsas expectativas en función del pensamiento único, el pensamiento debe ser global e integrador. Nada que destruya puede ser bueno.
Déjense de creer en posesión de la razón absoluta.
Déjense de pamplinas, ¡trabajen coño!
Y sobre todo Gobierno, sobre tus espaldas recae la responsabilidad del poder actual. Déjate de tonterías y ponte manos a la obra sin perder tanto tiempo en “los chismes” y “las gracias” para conseguir ¿Cuántos? ¿un puñado de votos? Y los demás ¿qué? ¿no nos merecemos un gobierno que no mienta? ¿no fue ese el eslogan vencedor?
GOBIERNO GOBIERNA, OPOSICION VIGILA, Y ASI NOSOTROS LOS AFORTUNADOS, TRABAJAREMOS EN PAZ, CREAREMOS BIENESTAR Y PROPICIAREMOS QUE CAMBIE LA SUERTE DE LOS DESAFORTUNADOS.

viernes, 19 de noviembre de 2010

COMPAÑEROS

Compañeros, de toda la vida, de pocos días, de mucha intensidad, de poco roce, de alegría o de penas, compañeros al fin y al cabo.
Viviendo un mismo tiempo, un mismo lugar.
Sintiendo los mismos problemas, las mejores sorpresas.
Viendo quienes son y quienes no lo son.
Compañeros de colegio o de trabajo, de la vida o del momento, de las risas o de las tristezas, de los sinsabores o de compartir.
Volviendo a verse día tras día sin remedio.
Queriendo cambiar el mundo o a su oponente.
Deseando que su realidad fuera otra o fuera la misma.
Compañeros de obstinaciones o de sentimientos, de un instante o de una tarde, de idearios o de frustraciones.
Oliendo la misma esencia que invade las prisas.
Sorteando los obstáculos que se les presentan.
Amando a otro que no eres tú.
Pero compañeros, del alma, con tristezas y alegrías compartidas, con sensaciones comunes iguales o diferentes, con mucho que decir y que aportar, con un mismo fin y un final diferente.
Compañero, a ti quiero decirte, gracias. Por ser y por estar. Porque cada vez que me amas o me odias, me das algo de ti. No voy a engañarme diciendo que me gusta todo. No. Pero cada aportación es una forma más de crecer para mí. Y creciendo creciendo, llegaré al final, el de todos, el mío. Y todos queremos llegar al final para, atravesando el umbral encontrarnos lo inesperado, sin saber que lo inesperado es lo que esperamos, y lo que esperamos es lo que encontramos, compañero.

jueves, 11 de noviembre de 2010

¡A VIVIR SIN QUEJARSE QUE SON DOS DIAS!!!!!!

¿SE PUEDE VIVIR SIN QUEJA??????????.......¡¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
La queja es común en personas sin expectativas o personalidades negativas que pretenden llamar la atención a través de su queja.
Su autoestima está tan mermada que creen que sólo quejándose pueden sobrevivir o sobresalir.
Es el centro de su conversación. No se autoperpetúa, porque una vez la queja se agota, se termina su conversación o su intervención, con lo cual vuelven a su encierro en vida.
Saben que no consiguen mejorar su vida pero eso no les hace cambiar su filosofía de vida, se quejan porque no saben hacer otra cosa que hacer para poder relacionarse.
Suelen sacar de quicio a sus seres queridos o allegados, si no han caído ya en sus redes, y son atrapados en la rutina de la queja.
No quieren cambiar la situación porque eso significaría abandonar su estatus privilegiado de ser, al menos en eso, el centro de atención.
No aporta soluciones, ni acciones en sentido alguno, y amargan a su entorno y por ende a si mismos, porque terminan su vida en solitario.
La queja puede ser de índole física, psicológica o social. La física provoca que un dolor más o menos intenso se convierta en el centro de la vida de la persona que se queja. La psicológica, convierte el dolor o situación en algo crónico en la vida de la persona y de sus seres queridos. La social, convierte la vida de ese ser, en una insatisfacción continua que jamás va a mejorar, ya que significaría dejar de tener motivo para ser el centro de atención.
La queja puede ser larvada y convertirse en juicios inoperantes que hagan malo lo que los demás hacen, son o tienen, viendo “la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio”
Es además centrarse en lo negativo que rodea la vida propia y ajena, próxima o lejana, que marca la convivencia diaria personal o laboral, afectiva o profesional.
Al concentrarnos en lo negativo, lo atraemos, lo pensamos, y por tanto, lo creamos, de tal forma que le damos más fuerza y lo aumentamos generando una situación peor. Por si esto fuera poco, la sensación se transmite a nuestro hacer, y decir, y cada palabra y frase irán cargadas de esta queja permanente que marcará nuestro destino.
 Si consideramos que somos lo que pensamos, y que creamos lo que creemos, con la queja seremos negativos, y crearemos la creencia de que todo es negativo, y por tanto, malo para nosotros y malo para nuestro alrededor.
 No nos damos cuenta del daño que nos generamos, porque cuando nos quejamos no nos damos cuenta de que lo hacemos, creyendo que decir lo que sentimos es lícito, sin darnos cuenta del daño que esto puede hacernos, tanto a nosotros como a nuestros seres queridos, si no somos capaces de canalizarlo adecuadamente.
Pensar en negativo o en lo negativo, no es plato de nuestro gusto, pero es algo habitual en nuestra vida diaria y lo hacemos con tanta soltura, que posiblemente, cambiar, se lleve gran parte de nuestro esfuerzo.
Se puede vivir sin queja, si no emitimos juicios, si no hacemos suposiciones, si pensamos más en positivo, sacando lo mejor de cada situación, evitando utilizar ese arma dañina que es nuestra palabra mal dirigida, esa que puede hacer tanto daño como matar, matar la ilusión, la emoción, la confianza, el amor…..
¿Como se puede ahuyentar la queja?: primero evitando todas aquellas personas que no paran de quejarse, algo que puede parecer algo terrible, si pensamos que proponemos alejarnos de seres queridos. Pero la realidad manda, y nosotros tenemos una vida que vivir, y no podemos estar sufriendo las consecuencias del otro, sea quien sea éste otro. La vida de cada uno es de cada uno, y cada uno de nosotros tiene la oportunidad de crecer en la misma y buena dirección que cada cual, es responsabilidad de cada uno encontrar el buen camino y seguirlo, y no arrastrar a otros, menos aún a nuestros seres queridos, al lodo de nuestra desgracia, esa misma, que nos hemos labrado. Por eso desde el otro lado, tenemos que alejarnos de personas que hacen de la queja su canto. Si ellos mismos no se dan cuenta de que pueden cantar otras melodías, nosotros no tenemos la responsabilidad de hacerles cantar otra canción, tendrán que aprender solos.
La crítica o el chisme no es, ni bueno ni sano. Primero porque no tiene un fin, tan sólo un objetivo, destruir el objeto del chisme o de la crítica. Y por tanto con ese objetivo tan negativo, sólo conseguiremos atraer, más chismes y críticas para nosotros, y más chismosos y criticones a nuestro lado. Si abandonamos esta práctica, veremos como poco a poco, nos liberaremos de todos esos pensamientos negativos sobre los demás que nos abruman y nos hunden. No es trabajo fácil, pero es posible. Primero pensando en ello, luego haciendo el esfuerzo de no tenerlos, cuando menos de no expresarlos, y poco a poco, mejorando cada día, empezando una y otra vez con nuestro propósito, conseguiremos con la mayor facilidad que dejemos de pensar en términos negativos en ningún aspecto.
Cuando estemos en ese camino de una forma increíble, funcionaremos como el engranaje de un reloj, segundo a segundo, cambiando nosotros, provocaremos un cambio sinérgico en todo lo que nos rodea, en nuestro estado, en nuestras relaciones, en nuestro entorno, en nuestro medio, y en nuestro miedo. 
Podemos empezar con un ejercicio muy sencillo: “SÓLO POR HOY, NO NOS QUEJAREMOS”. Ese será nuestro propósito para hoy. Lo mejor es que mañana será hoy de  nuevo, y podremos volver a hacernos el mismo propósito.  Y si hoy no nos funciona, volveremos a comenzar mañana. Todos los mañanas comenzaremos, y un mañana cualquiera, sin percatarnos, lo habremos conseguido sin esfuerzo, sin recordar desde cuando lo hacemos.
Tenemos que ser conscientes de que la queja es una forma de frustración e impotencia frente a algo que nos duele o molesta, pero sabiendo esto, también tenemos que recordar, que al ser conscientes de este detalle, y saber que por más que lo sepamos, o nos quejemos, jamás va a desaparecer hasta que tenga que desaparecer de forma natural o temporal, comprenderemos que lo mejor será ocuparnos de lo que nos pasa, en vez de preocuparse, y que teniendo la paciencia necesaria esto también nos llegará.
¿Es fácil? No, nada es fácil, vivir no es fácil, pero es necesario, y es divertido y emocionante, y por tanto tenemos que vivir, vivir con lo que tenemos y con lo que nos ha tocado vivir, y el dolor en cualquiera de sus manifestaciones, la frustración, la impotencia, son también parte de nuestra vida, y tenemos que aprender a convivir con todo ello. Todo es necesario y útil, la vida perfecta no existe, para nadie. Tenemos que ACEPTAR, aquello que nos ha tocado. Y no significa conformarse, ni tolerar, significa ACEPTAR, y en medio de la aceptación de lo que tenemos y lo que nos tocó, tendremos la serenidad de vivir con aquello que no nos gusta, pero que nos hace crecer.
Probemos pues a no quejarnos de ese dolor que tenemos todos los días, y nos olvidaremos de él. Probemos a no quejarnos de lo que hacen unos y otros políticos con la gestión, y no cambiaremos el rumbo de la política, pero viviremos mejor, ya que no podemos cambiarlo directamente, a no ser que ingresemos en la política, o ingresemos entonces en política. Probemos a no quejarnos de lo rutinario de nuestra pareja, y busquemos el lado más apasionante de la misma, siempre lo hay y nos hará disfrutarla. Probemos a no quejarnos de nuestros compañeros de trabajo, aquellos que nos sobrecargan con su ineficacia, y veremos que tienen más valores que defectos. Probemos a no quejarnos de la economía y veremos que es posible vivir con lo que tenemos, aunque tengamos que modificar hábitos……probemos, no nos cuesta nada. Sortear el obstáculo que siempre está presente es precisamente el camino de la tolerancia. Una piedra del camino podremos o no quitarla según su tamaño, pero lo que siempre podremos hacer, es rodearla.
Y al final, como todo lo que tiene que estar, está en este mundo, una buena acción, una buena petición, un deseo bien pedido, un comportamiento adecuado, un pensamiento bien elaborado, nos traerá paz, serenidad, fortaleza y la suerte de cosas que necesitamos.
Sólo si somos conscientes de que nos quejamos, podremos ahuyentar la queja. Sólo si somos conscientes de que queremos y necesitamos cambiar, cambiaremos. Sólo aplicando pensamientos positivos, daremos órdenes positivas a nuestro organismo, que mejorará paulatinamente.
Cambiar no es fácil, es muy difícil, pero más difícil es saber lo que tienes que hacer y no poner manos a la obra. ACTUEMOS, NO DIGAMOS, ACTUEMOS.
El que se queja precisamente, se queja, es decir, dice, pero no actúa, es pasivo.
La compasión que se busca con la queja es negativa y malvada. Nadie tiene por qué ser compadecido por nadie, nadie se merece eso.
No seamos cobardes y nos ocultemos tras una queja que no tiene sentido ni frutos. Seamos valientes y digamos lo que queremos sin queja, lo que sentimos, sin tonos lastimeros, simple y llanamente, directa y sanamente.
No nos convenzamos de que somos unos enfermos a través de la queja, la enfermedad no existe, existe el enfermo, cada uno enferma de una determinada manera. Abandonemos la enfermedad de la queja. No tiene otra cura, que el abandono de la queja.
Cada día es nuevo y diferente. Cada día sale de nuevo el sol. Cada día podemos empezar de nuevo. Nada nos lo impide. Actuemos pues.
Cuento: EL GENIO QUE SE QUEJABA
Cuenta la leyenda que en un país lejano existía un genio que no había salido jamás de su lámpara.
Muchos desafortunados, habían intentado frotar la lámpara del genio, con aceites, con perfumes, hasta con leche de coco, para que el genio saliera, pensando, claro está, que el genio les concedería tres deseos.
Pero cuando frotaban la lámpara, sólo conseguían oír un quejido largo y profundo, que desde el interior de la lámpara se metía por un oído y salía por el otro, penetrando todo lo que encontraba a su paso, y dejando ¡un buen dolor de cabeza!.
Durante muchos años, los desafortunados que lo intentaban una y otra vez, sólo consiguieron eso….. ¡un buen dolor de cabeza!.
Un día, un niño, se acercó a la lámpara. Pero no la tocó. Le pegó una ¡fuerte patada! que hizo que la lámpara diera al menos tres mil vueltas sobre sí misma. El genio mareado, no tuvo más remedio que salir, pero ¡claro!, estaba tan mareado, que cuando salió comenzó a girar, y girar y girar, y no podía parar, de tal forma que se creó una especie de tornado con sus giros.
El niño se asustó tanto que empezó a correr para huir de aquello que había salido de la lámpara, pero cuando el genio se empezó a reponer, y vio que el chiquillo huía, saltó de una forma descomunal y ¡zas!, se colocó delante del niño impidiéndole huir. ¡Qué miedo!
-¿Por qué me has dado una patada? Le preguntó el genio malhumorado.
El niño aterrado le contestó:
-Estaba harto de ver cómo te quejabas.
-¿Quejarme yo? ¡Jamás!, ahuyentaba a esos bobos que me frotaban sin respetar mi descanso, dijo el genio.
-¿Frotarte, dices?, lo que hacían era intentar que le concedieras tres deseos al liberarte, se atrevió a decir el chiquillo.
-¿Y por qué iba yo a concederles tres deseos?, si yo no concedo deseos….¡jamás! le contestó el malhumorado genio
-¿Cómo qué no? Si todos los genios conceden deseos, dijo, ya un poco más tranquilo el niño.
-No todos. Yo, por ejemplo,  vengo de una familia de genios que se quejan, no de genios que conceden deseos, dijo el genio, mientras se acercaba peligrosamente al niño.
- ¿Y eso para qué sirve?, preguntó el chiquillo, ¿para qué te quejas?
- Pues ya ves, para que te froten…dijo el genio sin entender por qué el niño le hacía esas….absurdas preguntas.
- ¡No hombre!, eso lo hacían para que salieras y les concedieras los tres deseos….volvió a repetir el niño
- ¡Que idiotez!, yo no he concedido jamás un deseo, me parece una tontería, y una pérdida de tiempo, dijo el genio después de observar de cerca al niño.
-¿Y lo has intentado?, le preguntó inocentemente el muchachito.
-¡Pues no, la verdad!, solo me he pasado la vida quejándome que es lo que sé hacer….Cuando me quejo, me escuchan, y no me dan la lata, porque el que hablo soy yo, dijo el genio tan tonto.
-¡Pues qué absurdo! Dijo el niño. Los genios han nacido con el don de conceder deseos, y tú al quejarte, desperdicias la posibilidad de hacer felices a los demás.
- ¡ja, ja, ja! repuso con grandes carcajadas el genio grandullón. ¿Hacer felices a los demás yo? ¡ja ja ja…!
- ¿Y por qué no? Dijo el niño. A mí me gusta que me hagan feliz. Y creo que a todos los demás les pasa igual. A todos nos gusta que nos hagan felices.
-¿Es que tú  no eres feliz por ti mismo niño? Dijo el genio elevando la voz.
- Si,-contestó, pero no me importa que también me hagan feliz los demás, significa que se preocupan de que me encuentre bien, y eso me gusta.
- ¿Me estás diciendo chiquillo, que me harías más caso, que me harían más caso, si en vez de quejarme les concedo deseos a todos…..? Preguntó sorprendido el genio
-¡Claro! -dijo- te haríamos más caso, sabríamos que te preocupas por nosotros, y nosotros nos preocuparíamos por ti, porque estuvieras bien, porque estuvieras cómodo y protegido, porque tuvieras limpia la lámpara, por ser tus amigos. Nadie huiría de tus quejas y de tus gritos, porque nos gustaría estar contigo y jugar contigo.
-Eso suena ¡muy bien! –le dijo el genio confiando en el niño- Peroooo ¿podría dormir tranquilo?, ¿no me molestarían?.
- Nooo, ¿por qué te iban a molestar? Preguntó el niño. Tú pondrías las reglas de lo que quieres, todos las sabríamos y las respetaríamos. Te protegeríamos, y serías uno más de nosotros.
-¿Y si viene gente de fuera?, preguntó, ¿cómo podrían protegerme de sus deseos?...
- Muy simple, les diríamos que eres nuestro amigo y que no podrían molestarte sin seguir tus reglas….dijo finalmente el niño.
-¿Son muy complicados los deseos que tienen tus amigos? Quiso saber el genio.
-No, que va, le contestó el chiquillo, son deseos fáciles, de risas, de juegos, de necesidades. De todos modos cuando establezcas las reglas, tú mismo puedes decidir qué deseos se te pueden pedir….
- Pues tienes razón, dijo ya convencido el genio grandullón. ¿Me ayudas?
Y el niño, que ya no tenía miedo, pues veía que el genio no quería hacerle daño, sino que estaba confundido, le ayudó, ¡vaya si le ayudó!. Fue corriendo a su casa para que su mamá no se preocupara, le contó parte de la historia y le dijo que por la noche se la contaría toda, y cogiendo una libreta, le dijo que vendría cuando el sol se pusiera. Cogió dos bocadillos, uno para él y otro para el genio, y se fue de nuevo al lado del genio para escribir las reglas de este genio. Cuando las hubo acabado, el genio sonrió muy satisfecho y le dijo al muchacho:
-          ¡Me gusta ¡, creo que seré muy feliz sin quejarme.
Y a continuación pusieron las reglas en una hoja más grande, la llenaron de colores y dibujitos, y se sentaron orgullosos a comerse los bocadillos mientras repasaban las reglas y el plan:

GENIO DE LA LAMPARA                                                                                    
1.       HORARIO DEL GENIO: Para respetar al genio habrá que frotar la lámpara con aceite entre las 10 y las 12 de la mañana y las 6 y las 8 de la tarde.
2.       SOLICITUD DE DESEOS: Cuando el genio salga se le pedirá tantos deseos como se quiera
3.       El genio preguntará para que se quieren los deseos y concederá sólo aquellos que sean útiles para todos
4.       Si los deseos están mal formulados, el genio propondrá otros parecidos bien formulados.
5.       Si no se pueden conceder los deseos, el genio lo dirá y explicará los motivos y si se puede hacer algo al respecto.
6.       Nadie puede enfadarse si los deseos no son concedidos.
7.       El genio podrá retirar el deseo si no se hace buen uso de él.
¿Qué te parece? Preguntó el genio.
- A mí me gusta así, dijo el pequeño, pero no sé si eso de muchos deseos…..
- Bueno es para darles la libertad de pedir aquello que de verdad desean, dijo el genio, luego ya les iré enseñando a pedir deseos. La mayoría se cumplen sólo con pedirlos si están bien formulados. Eso me lo enseñó un viejo y sabio genio
- Pues, ya está. Mañana lo colgaremos y se los enseñaremos al resto…
Y de esta manera, el genio de la queja se convirtió en el auténtico genio de los deseos, no sólo por que los concediera, sino porque enseñaba a pedirlos…..pero esa historia la contaré otro día.