jueves, 16 de diciembre de 2010

ME LLAMO Mª LUISA, SOY MLUY

Soy quien soy, o soy quien me llamo. Es difícil de decir, a veces soy mluy cuando me llaman mª luisa, y a veces soy mª luisa cuando me llaman mluy. Nunca se aprende lo suficiente ni se entiende todo.
Cuando soy quien quiero ser, soy yo, y cuando soy quien debo ser, no.
No sé bien donde empieza y dónde acaba lo que quiero y lo que debo ser. La forma en que hacemos las cosas, la forma en que nos comportamos, las palabras que decimos, son nuestro bagaje. Y tu bagaje a veces confunde la presencia y la ausencia.
Cuando tienes lo que tienes, quieres aquello que no tienes, y cuando haces lo que haces, querrías hacer las cosas mucho mejor. Pero no con el afán de mejorar, sino con el de ser "el mejor".
Y nunca seremos "el mejor", porque siempre podría haber sido mejor y más perfecto. Pero cuando queremos conseguir lo mejor para nosotros o para los nuestros, no pensamos en  quedarnos satisfechos con lo que ya tenemos sin esperar más.
La vida nos va enseñando la diferencia y semejanza entre la aceptación y la resignación. No siendo lo mismo puede confundirse, y confundir.
Por eso yo que no quiero confundirme, quiero ser mluy y quiero ser mª luisa, en minúscula y en mayúscula, al derecho y al revés, soy lo que soy y estoy donde estoy, donde debo y donde es.
Por eso sé que no quiero la queja, por eso escribo de ella, porque agota la resistencia de la fuerza, porque me hace perder tiempo y ganas.
Por eso sé que quiero ser y soy buena, generosa y sencilla, y que no por no decirlo lo soy más y que tampoco por decirlo pierdo la humildad. Estoy contenta con serlo.
Por eso sé que la sinceridad, la sobriedad, la calma y la belleza, me llenan y me fortalecen, también la alegría y la forma de vida que llevo.
Por eso sé que debo confiar y querer lo que tengo y a quien me rodea, en cualquier ámbito.
Por eso sé que debo decir lo quiero y siento, modelando las formas, no el contenido, y ayunar cuando pueda y cuanto pueda y quiera, para crecer por dentro.
Por eso sé que quiero saber lo que no sé, mejorar lo que tengo y lo que me rodea, escuchar en silencio, preservar mi paz, ser feliz, identificarme con el éxito, evitar los juicios y los prejuicios, no hacer suposiciones, ocuparme de mi misma, prometer lo que pueda cumplir, tolerarlo todo, vivir en paz y luchar por lo que creo.
Por eso sé que no debo echar en falta nada de lo que no tenga o posea, porque tengo lo que necesito.
Además tengo que saber ganar compartiendo la ganancia, ponerme en el lugar del otro, y saber cómo puedo potenciar lo que los demás me dan o me pueden dar.
Y por eso no dejo que ningún defecto me amargue, ni siquiera los menciono, puesto que aunque tenga muchos, serán otros los que los hagan aflorar, y yo no tengo tiempo para ver mis defectos, sino para corregirlos.
Ya las serpientes se encargarán de inyectarte el veneno, al menos, de intentarlo.
Y todo eso lo piensan y lo son, Mª Luisa y Mluy, las dos de la mano, fusionadas en una, caminando la vida llena de pedruscos que salta una y otra vez. Y eso es una elección. Y mi elección es mi forma de vivir.
Por eso con todas las dificultades de mi vida, que rápidamente dejan de ser amenazas para ser oportunidades de crecer y mejorar, y con todas las debilidades que podrían potenciar la inseguridad, el miedo, la desconfianza y la timidez, de la que me quiero desprender, camino con ambas, Mª Luisa y Mluy, hacia un futuro incierto pero lleno de ilusión, que lo único que me va a ofrecer es vivir. Vivir con alegría, vivir haciendo el bien, vivir tranquila y en calma, vivir en paz conmigo misma, y vivir intensamente cada uno de los minutos que me dejen vivir.
El camino ya ha empezado. El equipaje ya lo tengo. El objetivo también. Ahora sólo tengo que andar…….

Dedicado a mi madre que me puso ambos nombres y que me dio ese primer aliento de vida.