sábado, 15 de agosto de 2015

LA DIFERENCIA

La diferencia está en que tú no sabes la fecha y yo sí.
La diferencia es que tú no sabes cómo y yo tengo una idea.
La diferencia es que mi caducidad acaba, y la tuya puede tener o no fecha.
La diferencia es que yo vivo intensamente cada momento y tú vives como si tuvieras toda la vida por delante.
Y no hay más diferencias, porque tú y yo somos lo mismo.
Pero si te pones en el lugar del que ya sabe que se va a ir, y si vives como vive él, intensamente y agradecido por el regalo que se te da cada día al despertar, no habrá diferencia y podrás vivir el hoy sin preocuparte de más.
La elección es tuya, vivir cobardemente sin saber cuando tienes el destino final o vivir con valentía levantandote cada día, que puede ser el último, pero que es el primero del resto de tu vida, y al despertar dar gracias por lo que tienes por vivir y por quien te acompaña en el camino, sin pensar que el final te acecha.
Es decir ocuparte de tu vida y  no preocuparte de ella.
(Dedicado a todos los que tienen un final marcado)