Hoy se ha ido un hombre bueno.
Sin ruido y sin prisa, sin egos y sin orgullo.
Simplemente ha dicho ADIÓS, como su DIOS, cuando se celebra la RESURRECCION.
En un día memorable, difícil de olvidar, como a Él.
Con toda su sencillez y humildad, con todo su buen hacer y pensar.
Tendría que habernos escolarizado a todos, para que sigamos sus pasos y sus ideas.
En una época de tanta superficialidad y egoísmo, de tanta maldad y sin vivir, EL BRILLO.
Y lo hizo por su carisma, su sencillez, su bondad y su gran amor por los humanos.
Estará al lado de su PADRE, y lo hará sintiendo el orgullo de haber dejado una semilla en todos nosotros.
Ahora es nuestra responsabilidad cuidarla y hacerla crecer.
Gracias PAPA FRANCISCO. Ha sido un enorme honor VIVIR estos 12 años de PONTIFICADO.